Hundreds of articles have been written on the challenges faced by PhDs and postdocs. The 2014 National Academies report states that about 65% of US PhD-holders continue into a postdoc, and only 15–20% of those move into tenure-track academic posts. The European situation is even more competitive — in the United Kingdom, for example, only about 3.5% of science doctorates become permanent investigación personal de las universidades.
Los doctores también se gradúan con una importante deuda que pagar, como se muestra en este gráfico:
El Atlántico también informa de que "casi el 40% de los doctores encuestados en 2014 no habían conseguido un trabajo -ya sea en la industria privada o en el mundo académico- en el momento de la graduación."
Las opciones de empleo permanente son escasas, y los investigadores con talento siguen enfrentándose a un futuro sombrío a pesar de ser expertos en la materia por derecho propio. Esto hace que los científicos abandonen el laboratorio para dedicarse a otros intereses.
Algunas personas perciben esto como un filtro sistémico para ayudar a que sólo los graduados más brillantes accedan a los pocos puestos de profesorado permanente que se ofrecen. Es como separar el trigo de la paja. Sin embargo, la realidad sobre el terreno es muy diferente.
Cientos de científicos con credenciales muy prometedoras también se alejan del mundo académico. Pero, como saben la mayoría de los mentores, este no es el panorama completo: a veces los científicos que se marchan son los más prometedores. Sus motivaciones son diversas: algunos quieren más dinero o más tiempo con la familia y otros se ven atraídos por oportunidades en otros lugares.
Lo más doloroso es que a la mayoría de estos científicos les hubiera gustado seguir en la investigación si fuera lo suficientemente viable. A fin de cuentas, es una gran pérdida tanto para la ciencia como para los científicos. Es bastante irónico que el sistema académico luche por mantener incluso a los más brillantes Doctorados y postdoctorados que pueden hacer contribuciones significativas a la ciencia.
Me gustaría invitar a los investigadores principales, los profesores y los postdoctorales a que citen ejemplos de algunos científicos muy prometedores que han abandonado la ciencia para dedicarse a otros intereses por pura frustración o por la falta de opciones para seguir investigando.